El Desastre del Barranco del Lobo tuvo una honda repercusión
en la sociedad española, cuyas clases sociales más modestas veían con
impotencia como se seguía derramando su sangre más joven en tierras africanas,
en una herida siempre abierta.
Al día siguiente de aquel fatídico 27 de julio en el que
España lloró el conocido como Desastre del Barranco del Lobo, el Consejo de
Ministros aprobaba un nuevo envío de tropas de refuerzo, y la supresión de la
injusta redención a metálico, por la que el que pagaba no iba a la guerra, y
por la que consecuentemente solo los pobres acudían a África.
Durante todo agosto y primeros días de septiembre de 1909 se
acumuló un poderoso contingente militar en Melilla para acabar con los
continuos ataques kabileños que se sucedían en contra de la ciudad. Y para
reforzar su seguridad el mando decide que es preciso dominar el macizo del
Gurugú, al que por su posición la ciudad queda inapelablemente sometida. Se descartó
un ataque directo, y se decidió someterlo rodeándolo. La madrugada del día 20
de septiembre comenzaban los estampidos de la artillería que batían riscos y
vaguadas.
Una posición artillera española castiga las defensas de los rifeños en el Gurugú |
La División de Cazadores del General Tovar llevaba el peso de
las operaciones, mientras que la División de Álvarez de Sotomayor quedaba de
reserva en Rostogordo y 6 Compañías y tres Baterías a las órdenes de Del Real
servían de enlace entre las dos Divisiones.
Comienzan a moverse entre dos luces hostigados por los rifeños
a lo largo de diferentes posiciones, Tawrit, Zoco-el-Had y Taxdir. En esta
última posición tuvo lugar un impresionante hecho de armas de la Caballería
española, “las tres cargas de Cavalcanti” también conocido como “la carga de
Taxdir”. El General Tovar ordena a su ayudante, Teniente Coronel Cavalcanti que
asuma el mando del 4º Escuadrón Alfonso XII y apoye a los de Tarifa que están
relevando en la línea a los de Cataluña que después de cuatro horas de lucha
ininterrumpida tienen que municionar; había que taponar este peligroso boquete
y para ello Cavalcanti sitúa a los 65 jinetes a cubierto en un cañaveral y,
después de evaluar la situación advierte a
los del Tarifa que va a cargar.
Acomete al enemigo por sorpresa y en
tres frentes y consigue desbandarlo. Con 40 jinetes vuelve a cargar a otro
núcleo de unos 1.500 harqueños que esperan en una elevación frente a Tamsyut,
haciéndolos retroceder y, por último con solo 20 jinetes, vuelve hacerlo contra
varios grupos dispersos del enemigo. Repliega las bajas al cañaveral y en
combate pie a tierra, aguanta el contraataque enemigo hasta que son auxiliados
por la infantería. Sus bajas fueron el 37% de la fuerza, por lo que según el Reglamento
se tuvo a bien concederle la corbata de la orden de San Fernando al Regimiento
de Cazadores de Alfonso XII, 21º de Caballería, y por tan brillante acción, al
teniente coronel José Cavalcanti se le concedió la Cruz de 2ª clase de la Orden
de San Fernando el 14 de febrero de 1910.
La carga de Taxdir de Augusto Ferrer-Dalmau |
Tan solo dos días después, el día 22 cae la localidad de
Zoco-el-Had-Beni Sicar ante las tropas del general Sotomayor y el Hidum ante
las de Tovar. El día 25 las tropas comandadas por Orozco se apoderan de la
cercana y estratégica población de Nador y poco después de Zeluán, llegando sin
más contratiempo al contrafuerte sur del Gurugú.
El día 28, varios soldados encontraron numerosos cadáveres de
los combates de los días 23 y 27 de julio, y se organizó una expedición para
recoger 108 cuerpos insepultos de oficiales y soldados.
Parecía que los rifeños habían abandonado los montes, pero en
la noche del 28 al 29 de septiembre se produjo un importante ataque a Beni
Sicar. En esta noche murió un modesto cabo del Regimiento del Príncipe que fue
capturado por el enemigo cuando hacia los relevos de guardia. Los moros le
conminaron a que les indicaran los portillos de las alambradas y les facilitara
el santo y seña con el fin de sorprender a la posición española, pero el cabo
Luis Noval Ferrao condujo a los moros hasta las alambradas pero a la voz de
“haced fuego, que estoy con los moros” advirtió a la guardia, que disparó sobre
el grupo. Al día siguiente, una patrulla encontró los cadáveres del valiente
cabo y de dos moros.
Cabo Luis Noval Ferrao |
El día 29, es ocupado
el monte Gurugú.
La Toma del Gurugú el 29 de Septiembre de 1909 |
Hubo
algunas acciones más como la toma de Zoco el Jemis de Ben Bu Ifrur o la
ocupación de Atlaten y la meseta de Taxuda. A los marroquíes les iba cansando
la guerra y la cercanía de la siembra enfriaba sus ardores guerreros.
El 26 de noviembre
los caídes de Beni Sidel y Ben bu Ifrur se presentaron ante el general
Marina para pedir la protección de España de las cábilas de Guelaya y Quebdana.
En enero de 1910 se sometió el kaid de Beni Sicar, Abd-el-Kade, quien desde ese
momento se convirtió en un fiel aliado de España. Es el fin de la campaña “de
1909” y comienza la repatriación de las fuerzas expedicionarias. De esta forma
el Gobierno daba por terminado el conflicto ante la opinión pública muy
sensibilizada por la impopular guerra.
La guerra de Melilla fue considerada victoriosa y así fue celebrada. Pero las tropas españolas pagaron un fuerte tributo ya que sufrieron 252 muertos (2 Generales, 11 Jefes, 31 Oficiales y 208 Suboficiales y Tropa) y 1551 heridos (9 Jefes, 85 Oficiales y 1457 Suboficiales y Tropa).Total, 1803 caídos en acción.
Pero al otro
lado del rio Kert, en el Rif occidental, se empezaba ya a gestar la siguiente
rebelión…
La Marcha militar "La toma del Gurugú" con música de Pascual Marquina Narro conmemora esta acción militar que supuso la conquista soñada de una posición de un altísimo valor estratégico para la sufrida población de Melilla.
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